C.M.Bronte

    El segundo volumen de la saga La Edad Oscura nos viene a decir que algo raro, muy raro, pasa con el mayor de los hermanos Mattei. Pero también con el menor. Y también con Tessa, con Alma y con Enzo. El Grupo de la Doctora no es normal y no está muy unido, y sí lo es y sí lo está. A estos cinco hay que conocerlos para entenderlos. Viven en un tira y afloja, como cualquier familia. Es como si cada uno quisiese irse por su lado, pero no lo hace. Porque tienen una misión: encontrar a Héctor, el asesino a sueldo más escurridizo de la historia. Y una esperanza inmensa: acabar de una vez por todas ese viaje que ha interrumpido sus vidas y los tiene con sus huesos rodando tres años en la carretera. Y para eso, para cumplir su misión y mantener viva su esperanza, secuestran a un científico y se meten en la casa de un conde. Con la policía en los talones, la lían y arriesgan sus vidas de mil maneras distintas, juegan al gato y al ratón con un tipo de esos con los que no se juega, y...

  Aquí hay dos asesinas, una detective tan sagaz como peligrosa, un rubí, diamantes, un rumor de dudoso origen, promesas incumplidas, una conspiración... y mentiras, muchas mentiras... Tessa, Alma, Enzo, Gio y Mario nunca han tenido tantos problemas por escapar de la ley a la hora de resolver un misterio. Y quizá es porque existe entre ellos alguien especialmente interesado en que el viaje del Grupo de la Doctora no prosiga hasta París. ¿Quién? ¿Y por qué? Yo lo sé, pero no te lo voy a decir. Que no te engañen las amables chicas de oro que asoman por los capítulos, ni lo bonito del lugar donde se alza el hostal en el que se desarrolla la historia, ni las buenas intenciones de los chavales a los que Beatriz llama «macarreritos». Las asesinas son de lo peor, y la detective Marot no se queda muy atrás. Lo que sucede no es agradable y da un poco de yuyu, como el principio, aunque eso depende de la sensibilidad de cada uno. El rumor no es un rumor. Es El Rumor. Y la lía parda en el bon...

  Una niña desaparecida hace cuatro años. Una madre desesperada por encontrarla. Cinco italianos decididos a ayudarlas. Y alguien capaz de ocultarse en pleno día que los observa a todos con un objetivo siniestro. Es el comienzo de la aventura. Y la cosa comienza como una historia cualquiera de policías. Se encuentra al culpable, se le interroga, la madre da su versión, el padre da la suya... Pero, entonces, sucede algo, llegamos a un punto sin retorno: Águila y Azul. El Anciano y sus extraños secuaces: el Payaso y el Arlequín. El Grupo de la Doctora. Ícaro. Algún día publicaré una entrada sobre los personajes de esta saga, e Ícaro ocupará, sin duda, un lugar preferente en ella, porque no puede ser de otra manera. La Doctora tiene una némesis, y es Ícaro.  Cuando dije que es el comienzo de la aventura me refería al comienzo de la saga, pero no de la verdadera historia, el hilo conductor de todo el asunto, lo que subyace al secuestro de esta niña. La historia, la verdadera, la h...